viernes, 19 de julio de 2013

Si caes siete veces levántate OCHO
Se aprende más en la dificultad
Mejora tu actitud
Paga todo el precio
Persiste
Continua
Mejora
No te rindas
Que nadie robe tus sueños
Atrévete a soñar
Arriesga
Prepárate
Vive tu Pasión
Cree
Crea
Espera
Disfruta

domingo, 14 de julio de 2013

Trabajo INTENSIDAD y COMPROMISO

Que a eso no nos gane Nadie.
Esa es la clave por la que ha de luchar un gran deportista!!!!
TRABAJO
INTENSIDAD
COMPROMISO

miércoles, 10 de julio de 2013

Usar el Efecto Pigmalion de manera positiva

¿Cómo usar el Efecto Pigmalión de forma positiva?

No importa si estás asumiendo el rol de padre, profesor, directivo de una empresa o amigo, para fomentar las potencialidades de otra persona deberás:
  • Incentivar una comunicación abierta creando un clima agradable y de confianza
  • En vez de centrarte en sus debilidades, detecta sus puntos fuertes y haz hincapié en ellos
  • Evitar el uso de las etiquetas negativas, sobre todo si son denigrantes o coartan el desarrollo
  • No criticar a la persona sino al comportamiento
  • Reconocer los logros alcanzados y fomentar la iniciativa y la búsqueda de nuevas oportunidades para el crecimiento.

Referencia:
Rosenthal, R. & Jacobson, L. (1980) Pygmalion en la escuela. Expectativas del maestro y desarrollo intelectual del alumno. Madrid: Ed. Marova.

La IMPORTANCIA de FIJARSE OBJETIVOS

Fijar objetivos nos ayuda a darle una dirección a nuestra vida y le confiere un significado. Tener metas nos da la motivación y la energía necesaria para seguir adelante en el camino. Tanto es así que a veces puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Viktor Frankl, el psiquiatra austriaco que pasó tres años en los campos de concentración nazis y escribió el famoso libro “El hombre en busca de sentido”, descubrió que las personas que tenían un sentido de la vida con objetivos precisos eran las que tenían mayores probabilidades de sobrevivir.
Afortunadamente, hoy no tenemos que enfrentarnos a los campos de concentración pero sí a un gran monstruo que se llama cotidianidad. De hecho, Jim Rohn, empresario y autor de libros de productividad personal, afirmó en una ocasión: “Si no diseñas tu propio plan de vida, lo más seguro es que caigas en el plan de cualquier otro”. Es decir, si no tenemos objetivos, lo más probable es que malgastemos el tiempo realizando tareas intrascendentes y poco gratificantes.

La trampa de los sueños

Todos tenemos sueños. Sin embargo, tener sueños no es lo mismo que plantearse metas. Los sueños son deseos más o menos irrealizables que guardamos debajo de la almohada. En cambio, las metas están compuestas por objetivos, son más tangibles y normalmente nos involucramos en su consecución porque las percibimos como algo que podemos alcanzar.
Por ejemplo, “Yo quisiera tener esa casa” es un sueño, un deseo expresado de tal forma que solo la fortuna podría hacer que se convirtiese en realidad. Algo muy diferente es decir: “Yo quiero esa casa. A partir de mañana haré esto y aquello para conseguirla”. Este es un objetivo y, si la persona da los pasos que se ha ido planteando, al final del camino tendrá grandes probabilidades de conseguir su meta.

La diferencia entre adquirir un compromiso y alcanzar una meta

Tener sueños es importante, pero para poder cumplirlos debemos transformar la ilusión en una meta y establecer un compromiso para alcanzarla. Establecer un compromiso significa realizar una serie de acciones para alcanzar una meta. Por ejemplo: correr una maratón dentro de un año es una meta, correr todos los días una hora es el compromiso que adquiero conmigo misma para alcanzar mi objetivo. Una meta es algo que se alcanza, un compromiso es un hábito que se adquiere. Lo que transforma un sueño en un objetivo alcanzable es nuestro compromiso. Si no nos comprometemos con un plan de acción, difícilmente conseguiremos nuestros objetivos, aunque siempre nos puede tocar la lotería y comprar la casa soñada, pero estaremos de acuerdo en que la probabilidad es demasiado pequeña como para apostar por ella. Por supuesto, tampoco podemos fijarnos objetivos a despecho de las circunstancias y de nuestras potencialidades, en este sentido, es importante aprender a plantearse las metas de forma inteligente.

Los objetivos inteligentes

Establecer objetivos que realmente guíen tu vida y te conduzcan a resultados palpables no es tan sencillo. He aquí algunos lineamientos que te pueden ayudar:
  • Establece objetivos medibles y acciones concretas. Tus objetivos deben expresar claramente lo que deseas lograr y deben ser medibles. Por ejemplo, puedes plantearte mejorar tu relación de pareja pero si no concretas, probablemente todo se mantendrá como antes. Por eso, deberías plantearte diferentes objetivos, como por ejemplo: pasar cada día dos horas más con él/ella, salir dos veces a la semana juntos, ir a terapia de pareja con un psicólogo…
  • Cerciórate de que los objetivos sean realistas. Cada persona conoce sus capacidades y sabe más o menos hasta dónde puede llegar. Plantearse objetivos inalcanzables solo generará frustración y te hará malgastar energía. Por ejemplo, si no sabes cocinar, un objetivo realista sería aprender a cocinar 10 platos nuevos en un mes, pero ser elegido el mejor chef del mundo dentro de un mes no es demasiado realista. ¿No crees?
  • Sé flexible. En ocasiones las circunstancias a nuestro alrededor cambian, entonces debemos ser lo suficientemente flexibles como para cambiar nuestros objetivos adaptándolos a la nueva situación. Retomando el ejemplo anterior, si en las clases de cocina descubres una pasión y una habilidad que desconocías, siempre puedes replantearte ser un gran chef (quién sabe si dentro de algunos años superas a Ferrán Adriá :) . 
  • Acota los objetivos en el tiempo. En ocasiones es difícil determinar un tiempo límite para los objetivos, pero si no lo hacemos corremos el riesgo de gastar energías y recursos en algo que quizás no podremos lograr. Lo ideal es que te plantees un plazo aproximado y, llegado ese momento, revalúes lo que has alcanzado y la pertinencia del objetivo.

martes, 9 de julio de 2013

Ser Felices!!!!

son felices, ya que, como la psicología ha intentado explicar, lo que nos hace felices cambia sensiblemente de una época a otra de nuestras vidas.
El último año, se ha hablado con bastante frecuencia de la teoría de la “felicidad en forma de U”, que defiende que a partir de los cincuenta años somos más felices que a los treinta. Una de las ideas que exponía en el artículo su autor, el profesor de la Universidad de Warwick Andrew Oswald, sirve también para identificar qué cosas nos hacen más felices en cada edad. Según el economista, durante la juventud nos topamos con demasiada frecuencia con la realidad de que nuestras altas expectativas no pueden ser colmadas. Por el contrario, en la edad adulta, comenzamos a dar más importancia a todo lo que hemos conseguido hasta esa fecha y sabemos ponerlo en perspectiva.
Mirando hacia atrás, mirando hacia adelante
En términos utilizados por E. Tory Higgins de la Universidad de Columbia, autor juntoa Heidi Grant Halvorson de Focus. Use Different Ways of Seeing the World for Success and Influence, nuestras motivaciones en la vida estarían divididas entre nuestra promoción y nuestra prevención, cada una perteneciente a cada uno de los dos grandes ciclos de la vida. En la promoción, vemos nuestra trayectoria vital como una serie de oportunidades para mejorar, crecer, alcanzar metas o desarrollarnos como personas. En definitiva, el objetivo es ganar.
El súmmum de la felicidad a los 22 es organizar una gran fiesta nocturna con tus amigosPor el contrario, la motivación que nos mueve en la segunda mitad de nuestras vidas es mucho más conservadora, y se trata de la prevención. En esta fase, nuestro objetivo se encuentra en no perder lo que ya hemos conseguido y, básicamente, en afrontar sin grandes sobresaltos nuestra existencia. Tener hijos y todo lo que ello conlleva determina en un alto grado este cambio, así como la toma de conciencia de nuestra mortalidad. La felicidad depende, a grandes rasgos, de que nuestra vida sea capaz de dar respuesta a ambas motivaciones. Es decir, si cumplimos nuestros retos cuando somos jóvenes o si conseguimos cuidar de lo nuestro cuando crecemos.
Felicidad excitante, felicidad reposada
En un reciente estudio publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, sus responsables identificaron, a partir del análisis de más de 12 millones de blogs, cuáles eran los términos utilizados con más frecuencia para conceptualizar la felicidad. La conclusión principal arrojada por el estudio, realizado por tres investigadoras de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia y la Universidad de Palo Alto en California, era que “mientras los jóvenes están más inclinados a identificar la felicidad con el entusiasmo, a medida que envejecen, es más probable que se asocie la felicidad con la calma”. Un ejemplo de la clase de expresión que utilizaría un joven para hablar de su felicidad sería “me siento feliz y contento y estresado y no puedo parar, pero así es la vida”, mientras que en el caso de los mayores, afirmaban cosas como “me siento feliz después de un fin de semana relajado”.
Renunciar a nuestros sueños puede hacernos felicesEsta disyuntiva se reflejaba en una amplia gama de comportamientos de los analizados por el estudio. Si el súmmum de la felicidad a los 22 sería celebrar una fiesta por todo lo alto, a los 60 es hacerlo de manera relajada con unos amigos o acudir a un spa. Ello también tiene repercusión en nuestros hábitos de consumo. Según el estudio, los más jóvenes manifestaban que la compra que más felicidad les había reportado recientemente era la de unas zapatillas deportivas, una videoconsola o, simplemente, una bebida energética. Las respuestas de los adultos diferían significativamente, y abarcaban de unos pantalones para practicar yoga a un té de hierbas. Desde luego, nada que le haga particular ilusión a un veinteañero. Por esa misma razón, los jóvenes prefieren los viajes, los deportes (al límite), las experiencias sexuales únicas o la diversión que los más mayores, que elegirían la seguridad de un libro, una película, una comida, antes de la incertidumbre asociada a las relaciones transitorias, preferidas por la juventud.
El grupo de investigación señalaba que la principal diferencia entre ambos grupos se encuentra en que los más jóvenes dirigen su atención al futuro, mientras que los mayores ya lo hacen al pasado. Fijarse en el porvenir, conscientes de que nos quedan décadas por delante, suele hacernos buscar la novedad y el aprendizaje en nuestras relaciones, como un material que nos servirá en un futuro. Por el contrario, cuando percibimos que ya hemos vivido más tiempo del que nos queda por delante, preferimos mantener las relaciones que nos proporcionan tranquildad en el presente. La novedad ya no es un factor esencial y, por eso, cuanto más mayores somos, más disfrutamos el momento presente.
El final de todos nuestros sueños
Esta teoría tiene una implicación lógica, que es que la rebaja de nuestras expectativas es lo que nos hace afrontar la vida con menos tensión. O, como reconocía uno de los encargados del estudio de la Universidad de Warwick, “renunciar a nuestros sueños puede hacernos felices”. Dicho estudio hacía hincapié en que la presión que sienten los adultos para alcanzar las metas que ellos mismos se han puesto es mucho menor según se crece y se encara la jubilación. También, porque terminamos aprendiendo a conformarnos con lo que tenemos.
Tres cuartas partes de los jóvenes decían que preferían pasar tiempo con su familiaSin embargo, todo lo que acabamos de contar es desmentido por una encuesta realizada por la cadena musical MTV yAssociated Press en la que se aseguraba que la actividad preferida de los más jóvenes era pasar tiempo con la familia, algo que disfrutaban tres cuartas partes de los consultados. A ello le seguía salir con los amigos y pasar tiempo con la pareja. ¿Sorprendente, o es que mentir también le reporta felicidad a los más jóvenes?

Escoger el EXITO

Escoge la alegria
Escoge el Trabajo
Escoge el respeto
Escoge el amor
Escoge la calma
Escoge la serenidad
Escoge tus metas
Escoge confiar
Escoge el compromiso
Escoge la perseverancia
Escoge la compañía adecuada
Escoge el cumplido
Escoge la amabilidad
Escoge Creer
Escoge Crear
Escoge Sanar
Escoge la asertividad
Escoge Dar
Escoge Escuchar
Escoge Aceptar
Escoge la gratitud

martes, 2 de julio de 2013

COMO POTENCIAR LA MENTE Y CONSEGUIR TUS METAS

Como Lograr CONFIANZA TOTAL

Son dos mujeres. Son madre e hija. Y juntas lograron que su trabajo se convirtiera en un suceso mundial. Verónica de Andrés (56) y Florencia Andrés (31), son autoras de Confianza Total , el libro que en cinco meses agotó cinco ediciones, publicadas en Argentina, Brasil, Colombia, México, Venezuela, España, Italia, Alemania y en Grecia. Verónica y Florencia no son improvisadas. Ostentan un extenso currículun como coach y maestrías en la Universidad de Oxford, en Inglaterra.
El libro surgió como heredero natural de la película homónima que devino en éxito en el planeta. “El libro aparece como una explosión, pero de casual no tiene nada -dicen-. Hay 25 años de intenso trabajo detrás”.
Verónica no siempre confió en sí misma. “Mis primeros años fueron muy duros -cuenta-. Quedé huérfana muy chica y eso me hizo desarrollarme y buscar herramientas para salir adelante”.
Florencia mamó de Verónica las claves que ella utilizó cuando las cosas no andaban bien. “Para mí esto empezó cuando era chiquita y Verónica me decía que pusiera en mi cuarto un ‘lugar de éxitos’. Pegaba en un corcho una poesía que mi maestra me había elogiado, una foto en un acto. Algo que me hacía bien”. Y esas herramientas, dice, “me sirvieron para darme cuenta de que la confianza es lo que uno siente aún cuando las cosas no salen bien. Si en el trabajo la pasás mal, si tu novio te abandonó, ¿cómo se sigue adelante? La clave está en la conversación interna, a solas, con uno mismo, que logra un cambio.
A los 20, Verónica empezó a trabajar en educación. Y una pregunta se le reveló como el puntapié de lo que la llevaría a abrazar con pasión: dar herramientas para vivir mejor. “Me pregunté ¿qué es lo que hace la diferencia entre un chico que puede aprender, equivocarse, aprender más, y el que se detiene ante el primer error? -evoca-. Me dí cuenta de que cualquier aprendizaje va más allá del docente: es la actitud del niño frente al aprendizaje. De su autoestima, la propia valoración, algo que está ligado con la confianza. Ese juicio de valor que uno hace hacia su persona, marca todo”. Según Verónica, esa experiencia inició su trabajo de investigación. “Descubrí que si empezaba a trabajar con técnicas para que los chicos creyeran en sí mismos, esto produciría una curva de aprendizaje acelerado”.
Es innegable que los libros de autoayuda revolucionaron el mercado mundial. Que la gente cada vez más reclama “soluciones” para revertir sus sufrimientos. “Nosotras lo llamamos superación personal. Una sutil diferencia lingüística: autoayuda significa que se necesita ayuda; en cambio todos necesitamos superarnos de una crisis, un fracaso -aclara Verónica-. Superar nuestros límites, alcanzar nuestros sueños, es más esperanzador”. Florencia y Verónica aseguran que el libro, así como la película (para la que tuvieron que vender el auto para el proyecto), contiene herramientas fáciles, cambios que generan cambios. “No está escrito sólo como postulados teóricos. Todo lo que explicamos en el libro tiene base científica, con estudios de profesionales reconocidos. Contamos casos reales, nuestra experiencia en cursos y conferencias y de nuestras vidas”.
El eje de ese trabajo interno que ellas mencionan no es ni más ni menos que valorarse, sentirse merecedor de lo mejor. Trabajar para que los puntos débiles se fortalezcan y así se puedan alcanzar la metas propuestas. En sus cursos y seminarios por el mundo, dos veces al año en Argentina, Verónica y Florencia enseñan a enfrentar una entrevista difícil y salir airosos; el poder de las palabras desde adentro y hacia afuera. La inteligencia emocional y el liderazgo, cómo tomar decisiones importante, entre otros puntos clave.
Ellas hablan de autoestima, pero ¿cómo se mide? “La autoestima es lo que todos necesitamos para lograr nuestras metas. Pero ponemos demasiado énfasis en lo que pasa afuera y nos olvidamos de que la motivación se construye desde adentro a través del pensamiento, de las palabras -dice Florencia-. Que las emociones nos jueguen a favor y no en contra. Esto va más allá de la edad, de la condición social y el entorno. De lo que se trata es de sentirnos valorados, respetados y reconocidos”.
Son dos mujeres. Son madre e hija. Se sintieron capaces de soñar en grande. Y lo lograron.


Las claves para creer en uno mismo: entrevista a las autoras de Confianz...

La Manera de Lograr Tus Objetivos

Un coach es un hacedor de cambios mediante la modificación de aquellos hábitos que impiden avanzar a nuestro cliente hacia el objetivo deseado.  Estos hábitos suelen inspirarse en determinados valores  que a manera de abono hace germinar nuestras creencias.
La base principal del coaching se sustenta en los objetivos, sueños con piernas le gusta llamarle a Joseph O´Connor.  Metáforas aparte, para que un determinado  sueño o propósito se convierta en objetivo  es necesario que se cumplan tres premisas: Cuantificarlo, temporalizarlo y conferirle un plan de acción.  Por eso es sumamente importante clarificar y definir los objetivos del cliente desde la primera sesión mediante la formulación de preguntas tipo como:
¿Qué espera el cliente de su primera sesión? y ¿Qué desea conseguir el cliente durante su primera sesión de coaching? En coaching solemos hablar de una serie de reglas de oro que estableció Joseph O´Connor en siete puntos:
1.- Expresar el objetivo en positivo: Si mi objetivo es, de manera simplista, “yo no quiero perder mi trabajo “, el inconsciente se centrará precisamente en “Perder el trabajo”. Por eso, cuando tú dices “no quiero perder el trabajo”, lo que tu cerebro ve es “perder el trabajo”. Nuestro cerebro piensa en imágenes y cuando pensamos con la palabra no, nuestro cerebro actúa dibujando en nuestra mente aquello que pretendíamos negar
2.-El objetivo tiene que ser específico y medible: Los objetivos aparte de ser valiosos deben ser tangibles, concretos.  Cuanto más claros y precisos sean expresados tanto mejor. De igual forma precisan tener  establecido un plazo de tiempo para su consecución. Existe una expresión en inglés para definir este concepto, se llama “SMART” (Specific, Measurable,
3.-Decide cómo y cuándo medirás el avance en el cumplimiento. Los objetivos no se consiguen de manera instantánea sino que conforman un proceso desde que te propones algo hasta que lo consigues. Por ello es necesario establecer feedback (La retroalimentación consiste en la información que se proporciona a otra persona sobre su desempeño con intención de permitirle reforzar sus fortalezas y superar sus deficiencias).
4.-.Organiza tus recursos.  O´Connor, en su libro Coaching con PNL, ed. Urano, cita varios recursos como cualidades personales como capacidades y habilidades determinadas y relacionadas con tu objetivo.  El tiempo que dedicarás a lograr tus objetivos. Modelos que puedan servirte de ejemplo.  Objetos como libros, consultas en la red o profesionales que puedan ayudarte, también tu círculo de amigos y conocidos pueden servirte o proporcionarte una ayuda que no habías previsto.
5.- Ser proactivo.  Este término lo acuñó Víctor Frank  en su libro Man’s Search for Meaning ( El Hombre en busca de sentido, 1946) y podríamos traducirlo por  tomar control consciente sobre tu vida, fijarte objetivos y trabajar de forma constante para lograrlos. Ojo, Ser proactivo no significa actuar deprisa, de forma caótica y desorganizada, dejándose llevar por los impulsos del momento. En vez de reaccionar ante eventos y esperar a que lleguen las oportunidades, sales y creas tus propios eventos y oportunidades.
6.- Presta atención al impacto de las consecuencias más allá de ti mismo. Las acciones y decisiones que adoptamos tienen consecuencias con el mundo que te rodea. Los objetivos tendrán consecuencias para ti y para otras personas. ¿Pueden tus acciones perjudicar a otras personas?
7.- Elaborar un plan de acción. Un plan de acción es como una brújula. para emprender la acción es necesario que te sientas motivado. Es por ello que los objetivos tienen que ser difíciles pero también realistas. Necesitas esforzarte para alcanzarlos pero también saber que son posibles. Debido a esta condición es que la figura de un Coach, en estos casos, se hace indispensable. Alguien que guía, acompaña y enseña, y que si bien no siempre tiene todas las respuestas, al menos conoce todas las preguntas.
 8.-Se Asertivo:
Di lo que quieres de la manera adecuada.