sábado, 7 de abril de 2012

Nicolas Almagro: Mejorar la Mentalidad

«Tengo menos bajones, ya no me hundo a la primera»
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El murciano, 12 del mundo y en muy buena forma, abre hoy la serie de cuartos de la Davis contra Jurgen Melzer
ENRIQUE YUNTA / OROPESA DEL MAR
Día 06/04/2012
ENTREVISTA

Nicolás Almagro

Tenista

Hay un nuevo Nicolás Almagro (21 de agosto de 1985, Murcia), empeñado en enterrar el cartel de tenista alocado que le persigue por sus reacciones volcánicas. Mantiene ese genio, pero ahora lo controla simplemente porque es feliz y disfruta más que nunca del tenis, confirmado como uno de los grandes (12 del mundo) y encargado hoy de abrir los cuartos de final de la Copa Davis contra Jurgen Melzer, el número uno de Austria. Si las nubes lo permiten, Almagro estrenará la pista de Marina d'Or, en Oropesa del Mar.

—Lleva 29 partidos en 2012, más que nadie. ¿Pesan las piernas?

—Cuando enlazas victorias, el cansancio se nota mucho menos. Jugar mucho es buena señal, significa que la cosa ha ido bien. He hecho una gira americana muy positiva, todo ha ido muy bien. Necesitaba hacer un buen torneo en un grande de pista dura, estoy en un buen momento.

—Exactamente, ¿dónde?

—Pues en un momento muy bonito, estoy disfrutando muchísimo con esta situación. He evolucionado mucho y con los años me doy cuenta de que he pulido muchas cosas que antes quizá no funcionaban. Sobre todo en mentalidad. Antes, me costaba muchísimo convencerme a mí mismo cuando se torcían las cosas en algún torneo que no fuera sobre tierra batida. Ahora estoy más seguro y tengo muchos menos bajones, ya no me hundo a la primera.

—¿Todo está en la cabeza?

—Con Josep Perlas trabajé muchísimo el aspecto psicológico y ahora sigo la misma línea con Samuel López. Los años te dan madurez y la experiencia en los malos momentos te ayuda.

—A usted se le nota mucho si está enchufado o no, transmite a través de su estado de ánimo.

—Sí, siempre he tenido mucho carácter y ahora no lo voy a esconder, sería imposible. Soy impulsivo, pero también he cambiado en ese sentido, me controlo más. Y ahora supongo que se me ve mejor porque disfruto mucho de lo que me rodea. Soy igual que antes, pero me controlo.

—¿Y cómo se serena?

—En la pista uno es como es, yo siempre seré como he sido. Tengo este carácter y convivo con él, pero ya digo que he mejorado. De todos modos, si tengo que tirar una raqueta porque creo que me ayudará para desahogarme, lo seguiré haciendo. McEnroe, cuando fallaba, rompía una raqueta como estímulo para que el siguiente punto fuera mejor y casi siempre lo ganaba. Yo no llego a esos extremos, no he montado esos pollos, pero alguna vez he estado cerca. Lo importante es expulsar la rabia o la frustración del momento para hacerlo mejor.

—Estuvo en Oviedo como número uno y ahora aquí como dos ¿Siente que esta es la Davis de Almagro?

—No, no, en absoluto. Siento que es la Davis de España, aquí hay muchos jugadores que defienden el título y yo soy uno más, ayudo en lo que puedo y lo haré siempre que quiera el capitán.

—Usted lleva tiempo entre los mejores, con varios títulos. ¿Cree que se valora suficiente a los otros tenistas españoles más allá de Nadal?

—Cada uno recibe lo que se gana y Rafa se ha ganado todo lo que tiene. El resto estamos a la sombra, pero bendita sombra, es un lujo estar así e incluso a veces nos beneficiamos de ello. Nadal ha ganado todos los grandes, cientos de torneos, Copas Davis... ¿No está mal, no? Es verdad que yo sería el número uno en muchos países, pero España tiene mucha calidad, es una época fantástica.

—¿Qué le aporta el tenis?

—Simplemente es lo que mejor sé hacer en esta vida. Desde pequeño he estado en una pista y he pasado miles y miles de horas mientras otros, a esas edades, hacían cosas más frecuentes. Es mi trabajo y lo hago con esmero y dedicación, del mismo modo que usted es periodista, mi hermano se dedica a la enseñanza y mi padre trabajaba en la telefonía. Es mi trabajo y me gusta.

—¿Qué cambiaría de su tenis?

—Cambiar, poco. Puliría muchas cosas como el revés cortado. Ahora tengo mejor físico y resto mejor. Pero puedo perfeccionarlo, como la volea. ¡No estaré tan mal para mantenerme entre los 12 mejores desde hace tiempo!

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